Hacia el 4.000 a.C., algunas sociedades ubicadas en los
valles fértiles de grandes ríos se hicieron más prósperas y complejas gracias a
las condiciones geográficas que favorecieron el asentamiento de pueblos
agricultores y ganaderos. Esto llevó a muchas aldeas neolíticas a transformarse
en ciudades. Este cambio se produjo principalmente en regiones cerca de las
cuencas de grandes ríos como el Tigris y Éufrates en Mesopotamia, el
Ganges y el Indo en la India, el Río Amarillo en China o el Nilo
en Egipto.
1. Mesopotamia, tierra entre ríos.
En Oriente Próximo hacia el IV milenio a.C. tuvo lugar por
primera vez la transformación de pequeñas poblaciones agrícolas neolíticas en
sociedades más complejas que fueron cada vez más autónomas.
Su economía, como en muchas otras civilizaciones
fluviales, se basaba principalmente en la agricultura. Los primeros poblados
neolíticos se asentaron en zonas fértiles, generaron excedentes agrícolas
y ganaderos que les permitieron un aumento progresivo de la población, de la
artesanía (nuevos oficios como alfareros, tejedores, orfebres, canteros, etc.)
y del comercio. Esto hizo posible el paso de la aldea a la ciudad. Primero se
realizó entre las distintas regiones de un estado y después con otros estados.
Utilizaron los ríos y sus canales como principales vías de comunicación.
Esta transformación necesitó del control del curso de los
ríos para garantizar las cosechas, la coordinación del trabajo de las personas,
la defensa de la ciudad, el control del pago de impuestos y el establecimiento
de normas de convivencia (leyes). De todos estos logros culturales destacó
la invención de la escritura, que permitió un mayor
conocimiento de los pueblos del pasado e iniciando el paso a un nuevo periodo
conocido como Historia.
Orígenes de las primeras civilizaciones fluviales. (FUENTE:
Proyecto KAIROS en la web del INTEF)
La región de
Mesopotamia está formada por un gran valle fértil a ambos lados de los
ríos Tigris y Éufrates. En ella se desarrollaron diferentes civilizaciones entre el 3.500 a.C. y el 539
a.C. como Sumerios, Acadios, Babilonios o Asirios.
Los sumerios: Hacia el 3.500 a.C. fueron los primeros
en entrar en la historia. Los
sumerios eran un pueblo activo y hábil. Crearon sistemas de
canales y diques para encauzar y alamacenar el agua. Tuvieron un gran
desarrollo de la agricultura de cereales, legumbres y frutas. También
practicaban la ganadería de cerdos, ovejas y cabras.
Los acadios. Hacia el 2.300 a.C., procedentes del centro de
Mesopotamia, invadieron las ciudades sumerias, y en época del rey Sargón I
formaron un gran imperio. Su capital fue la ciudad de Acad.
Los babilonios: Crearon un nuevo imperio entre los
territorios sumerio y acadio: Su momento de máximo esplendor fue bajo el rey
Hammurabi (1728-1686 a.C). Este rey unificó las leyes de las distintas ciudades
bajo el primer gran código legislativo de la historia que lleva su nombre.
Los asirios. Comienzan su expansión hacia el 1530 a.C. Eran
un pueblo guerrero procedente de las montañas del norte de Mesopotamia: Con el
rey Asurnasirpal II (883-859 a.C.) alcanzaron su máxima expansión. Su capital
primero fue Assur y más tarde Nínive.
Los persas: En el año 539 a.C. conquistaron todas las
tierras de Mesopotamia y las incorporaron a su imperio, y pone fin a las
civilizaciones mesopotámicas.
1.1 Las primeras ciudades-estado.
Hacia el año 3.700 a.C. los sumerios levantaron
algunas de las primeras ciudades conocidas de la historia: Ur,
Uruk, Lagash y Eridú. Estas ciudades eran independientes unas de
otras, controlaban las aldeas cercanas y estaban gobernadas por un
rey-sacerdote al que llamaban patesi. Al principio éste concentraba todo
el poder y era la máxima autoridad civil y religiosa. Se encargaba de defender
la ciudad, distribuía las aguas entre los agricultores, controlaba la economía
y administraba la justicia. Como sacerdote dirigía el culto a los dioses y
protegía los bienes del templo. Era un intermediario ante los dioses. Más
tarde, se encaragría de ser rey cediendo las labores religiosas a los sacerdotes.
Todas estas ciudades estaban protegidas por murallas y sus
viviendas estaban construidas con ladrillo. Todas ellas solían tener un zigurat, que era un templo que además funcionaba como
centro económico donde se realizaban operaciones comerciales, como almacén o
escuela para futuros sacerdotes.
Zigurat mesopotámico (Fuente: Imágenes del INTEF, Jose
Antonio Bermúdez)
Las civilizaciones mesopotámicas y egipcia se desarrollaron
en paralelo alcanzando una enorme prosperidad y descubriendo casi al mismo
tiempo la escritura.
1.2 Economía y sociedad.
La base de la economía era la agricultura, principalmente de regadío. Las tierras
pertenecían al palacio o al templo, y las arrendaban a los campesinos para
trabajarlas. Para la alimentación cultivaban cereales (trigo y cebada),
hortalizas y palmeras datileras. También cultivaban lino y algodón para
fabricar textiles. Complementaban la dieta con la cría de ovejas, cabras,
cerdos, bueyes y caballos. Fueron grandes artesanos y desarrollaron
un comercio muy importante. Los excedentes generados por la
agricultura los intercambiaron por materias primas poco abundantes en esta
región como los metales. En un principio se practicó el trueque, pero con
el tiempo se empezaron a utilizar barras de oro y plata para cambiarlos por
otros productos. Hacia el 2.000 a.C. reyes y pueblos se enfrentaron
entre sí disputándose las tierras más fértiles de Mesopotamia y el control de
las rutas comerciales. Entre estos pueblos destacaron los babilonios y
los asirios que
llegaron a fundar los primeros imperios de la historia.
La sociedad mesopotámica se dividía en tres grandes
grupos con derechos y obligaciones distintas:
Patesi: Era el rey, dirigía el Estado, la administración y
la justicia.
Los señores: Eran el grupo social más poderoso e influyente.
Propietarios de la mayor parte de las tierras. Lo formaban la familia del
rey, los altos funcionarios del Estado y los sacerdotes.
Comerciantes y funcionarios: como los escribas.
El pueblo: Eran libres, tenían derechos y trabajaban para el
palacio del rey o para los templos.
Propietarios: Podían poseer tierras pero sin demasiado
prestigio social.
Artesanos: Trabajaban en talleres: tejedores, carpinteros,
ceramistas, orfebres, perfumistas, etc.
Campesinos: Alquilaban tierras y entregaban parte de la
cosecha al rey o a los templos.
Los esclavos: Carecían de derechos y estaba formado por
prisioneros de guerra o personas que no habían podido pagar sus deudas. Eran
mano de obra barata y realizaban trabajos muy duros.
La sociedad mesopotámica era muy desigual. Una pequeña parte
era la propietaria de la mayor parte de las tierras y controlaba el poder y la
justicia.
1.3 Cultura, religión y arte.
La civilización mesopotámica nos dejó importantes elementos
culturales como la escritura, las leyes, la religión y el arte.
Escritura: El nacimiento de la escritura está relacionado
con el desarrollo de las ciudades sumerias durante el IV milenio a.C. La
actividad comercial y el cobro de impuestos tuvieron mucho que ver en su
aparición. Para poder contabilizar y, por tanto, controlar estos productos
surgen los primeros signos que derivarán en la invención de la escritura.
En un principio se comenzó marcando los datos sobre una tablilla
de arcilla y utilizando una caña. Con ella se hacían unas marcas en
forma de cuña, de ahí la denominación de cuneiforme.
Este sistema de escritura fue utilizado para controlar
las cosechas, recaudar impuestos y redactar las leyes.
Leyes: En Mesopotamia, dada la progresiva complejidad de la
sociedad urbana surge la necesidad de crear normas que organicen, regulen y den
solución a los conflictos cotidianos o a los grandes enfrentamientos que puedan
generarse. Los sacerdotes impartían la justicia que, según creían, los
dioses habían dictado a los hombres. Esta situación había dado lugar a una
excesiva subjetividad que pudo derivar en abusos por parte de los jueces. Para
evitar la arbitrariedad, el rey Hammurabi de Babilonia (1.790-1.750 a.C.) elaboró
uno de los primeros códigos de leyes escrito y que hoy conocemos como el Código
de Hammurabi. Las leyes de este código eran sumamente duras, aunque
hacía diferencias en las sanciones dependiendo del origen social
del infractor. El código estaba formado por 282 leyes y decretos. Para que
fueran conocidas por todos los ciudadanos, Hammurabi las ordenó grabar en
columnas de piedra que se distribuyeron por todo el reino.
Religión: El pueblo sumerio era politeísta: adoraban a
varios dioses relacionados con la naturaleza. Los textos de contenido religioso
hallados en lengua sumeria son muy numerosos (Poema de Gilgamesh) y en ellos se
encuentran registradas las creencias mesopotámicas sobre la creación, el
paraíso, el diluvio, etc. Todos estas ideas son comunes a otras
religiones como el cristianismo, el islam, la religión azteca, etc. Las
creencias religiosas estuvieron unidas al conocimiento de la astronomía. Los
zigurats fueron edificios desde donde se estudió el Universo.
Arte: El arte mesopotámico es el resultado de
una tradición de 4000 años de antigüedad que mantuvo su estilo prácticamente
sin alteraciones hasta la llegada de los persas en el siglo VI a.C. El arte
mesopotámico ha recogido la influencia de todos los pueblos que habitaban en la
región influidos por tres factores fundamentales:
- El entorno natural. En el valle no había piedra ni
madera, por lo que debieron utilizar en sus construcciones ladrillo y adobe.
- El papel destacado de la religión. Dio gran importancia a
los edificios religiosos como los zigurats y a las esculturas con fines espirituales.
- La guerra. Gran parte del arte estuvo dedicado a la
representación de victorias militares.
2. El antiguo Egipto.
Los egipcios desarrollaron, al mismo tiempo que las
civilizaciones fluviales mesopotámicas, una cultura propia, con una gran originalidad.
El antiguo Egipto se localizaba en el valle del río Nilo, en
el Norte de África. Este valle es un enorme oasis casi cerrado en medio de los
desiertos que lo rodean. Entre junio y septiembre las lluvias
provocaban las crecidas del río.
Después de las crecidas anuales del Nilo, dejaban al
descubierto un suelo fértil. Éste garantizaba el alimento y el agua a los
grupos humanos y facilitaba el cultivo de una amplia variedad de cereales,
legumbres, hortalizas o especies frutales. También el cultivo del lino fue
utilizado para confeccionar telas. El Nilo ofrecía a los habitantes otros recursos como caza, pesca y una fundamental vía de comunicación que
ayudó al desarrollo del comercio. Para evitar inundaciones los egipcios
construyeron canales de riego y depósitos de agua. Era tanta la importancia del
Nilo que tenía su propio Dios, el Dios Hapy, al que se le hacían ofrendas.
2.1. Evolución histórica.
La civilización
Egipcia se desarrolló durante un largo periodo de más de 3000 años. Fue un estado
centralizado y fuertemente jerarquizado dirigido por el faraón.
Podemos diferenciar principalmente cuatro etapas en su
evolución histórica:
Periodo pre dinástico (unificación)
Desde el IV milenio a.C. (3.150 a.C.) evolucionaron dos
reinos: el Bajo Egipto, que se localiza en el delta del río Nilo, y
el Alto Egipto, que se extendía a lo largo de una estrecha franja de
tierra fértil. Hacia el año 3000 a.C. el rey Menes o Narmer, primer faraón
(I DInastía), unificó los reinos del Bajo y Alto Egipcio y estableció
la capital en Menfis.
Imperio Antiguo
A partir de la III Dinastía (2.700 a.C.) la capital del Egipto
unificado se establece en Menfis. En esta etapa se realizará la construcción de
las grandes pirámides que sirvieron de tumbas reales en las que se depositaba
el sarcófago del faraón con todo el ajuar que debía acompañarle al más allá.
Egipto dependía por completo del río Nilo, un periodo de malas cosechas provocó
una profunda crisis que arruinó y dividió el país terminando con el esplendor
con el que había comenzado el Imperio Antiguo.
Imperio Medio
Mentuhotep II en el 2050 a.C. unificará nuevamente
Egipto y establecerá la capital en Tebas. Fue un periodo de prosperidad,
expansión y conquistas que permitió a Egipto ensanchar sus fronteras. Se
fundaron numerosas ciudades y se emprendieron grandes obras públicas. Hacia el
1.700 a.C. Egipto fue invadido por los hicsos, esto debilitó el poder del
faraón y el Imperio Medio entró en crisis.
Imperio Nuevo
A partir del año 1600 a.C y hasta el 31 a.C. la civilización
egipcia vivirá su periodo de máximo esplendor. Realizó una expansión
territorial hacia Siria y Palestina, y también hacia la cuarta catarata Nilo
arriba estableciéndose alianzas con las grandes potencias asiáticas. Los
faraones ordenaron construir magníficos templos repletos de riqueza como los
de Ramses II o Hatshepsut. La invasión de otros imperios como el
asirio empujaron al Imperio egipcio a su declive definitivo. Durante este
periodo se produjo una revolución religiosa del faraón Amenofis IV,
que estableció por primera vez un culto monoteísta, el culto a Aton (dios del
disco solar). A su muerte se reinstauró nuevamente el politeísmo.
2.2. Economía.
El valle del Nilo es un enorme oasis casi cerrado en medio
de los desiertos que lo rodean. El territorio ocupado por la civilización
egipcia se dividía en dos regiones: el Bajo Egipto con capital en
Menfis, formado por un extenso valle fértil en el delta del Nilo, y el Alto
Egipto con capital en Tebas, una zona árida en la que sólo estaban
habitadas las zonas cercanas a la orilla del río. Entre junio y septiembre
las lluvias provocaban las crecidas del Nilo.
Después de las crecidas anuales, quedaba al descubierto un
suelo fértil (limo). Éste garantizaba el alimento y el agua a los habitantes y
facilitaba el cultivo de una amplia variedad de cereales, legumbres, hortalizas
o especies frutales. También el cultivo del lino fue utilizado para
confeccionar telas. Para evitar inundaciones los egipcios construyeron canales
de riego y depósitos de reserva de agua. Era tanta la importancia del Nilo que
tenía su propio Dios, el Dios Hapy, al que se le hacían ofrendas.
2.3. Organización política.
El máximo representante del poder del Estado egipcio era
el faraón. Representaba la máxima autoridad política y militar. Todas as
tierras le pertenecían y controlaba las obras de canalización y el comercio. A
cambio, debía asegurar el orden en el país y luchar contra los enemigos. Para
gobernar un territorio tan extenso, organizó una compleja administración y un
gran ejército.
Administración: Se rodeó de fieles y eficaces
funcionarios: el Visir que controlaba la administración central; el gobernador
que controlaba las provincias y el resto de funcionarios que ayudaban en
diferentes tareas.
Ejército: Era el jefe del ejército y garantizaba la
protección del territorio frente a los ataques externos y el de su propia
persona en el caso de posibles revueltas internas.
Además, encarnaba la máxima autoridad religiosa porque
era el descendiente del dios Osiris en la Tierra y debía a asegurar la armonía
del mundo. Por lo que sus órdenes eran leyes y los egipcios lo adoraban como a
un dios.
2.4. Sociedad.
La sociedad estaba estructurada en torno al poder absoluto
el faraón que era considerado como un dios, dueño de las
tierras y de influencia absoluta sobre sus súbditos.
Bajo el faraón se situaban diferentes clases sociales bien
diferenciadas y con privilegios desiguales:
Sacerdotes y nobles: poseedores de enormes extensiones de
tierra. Su prestigio social estaba basado en su sabiduría y su principal tarea
era la administración de los templos y el culto a sus divinidades. Los nobles
administraban el país en nombre del faraón.
Funcionarios y escribas: Los nobles eran apoyados en sus
tareas por funcionarios y escribas, lograban que la administración fuese más
eficiente. Se caracterizaba por saber leer, escribir y conocer técnicas de
contabilidad.
Militares: Egipto no tenia un ejército permanente. Se
reclutaban campesinos, artesanos o soldados extranjeros para crear un ejército
de defensa.
Comerciantes y artesanos: Los comerciantes se
desplazaban dentro de Egipto en barco o en caravanas. Vendían una gran cantidad
de productos. Los artesanos trabajaban en grupo, en grandes talleres situados
en el palacio real o en los templos. Tenían que pagar impuestos en especie o
con objetos que producían.
Campesinos: Era el grupo social más numeroso. Vivían en
pequeñas casas a las orillas del Nilo. El faraón era el propietario de la
tierra y los campesinos eran sus trabajadores. La cosecha se dividida en 2
partes: una para los campesinos y otra se depositaba en los almacenes para los
funcionarios reales.
Sirvientes y esclavos: Los egipcios más pobres no
tenían otro remedio que servir a los nobles realizando tareas domésticas. Los
siervos eran extranjeros, prisioneros de guerra o personas entregadas por otros
pueblos. Los esclavos eran utilizados para desempeñar diferentes tareas como el
trabajo en las minas y carreteras, o servir en el palacio del faraón o en las
casas de guerreros y sacerdotes. Los malos tratos no eran frecuentes y, cuando
ocurrían, el esclavo tenía derecho a reclamar ante los tribunales aunque
únicamente si el castigo había sido injusto.
Los diferentes grupos sociales en el Egipto antiguo.
2.5. Religión.
La religión egipcia tenía una gran importancia en el antiguo
Egipto. Cada ciudad y provincia poseía sus propios dioses aunque había
otros que eran adorados en todo el imperio como Ra (dios del
Sol), Amón (dios de la ciudad de Tebas), Osiris (dios de la
muerte y la resurrección), Isis (diosa de la fertilidad) o Horus (dios
de la guerra). Su religión era por tanto politeísta (adoraban a muchos dioses) y éstos a veces
se les representaba con cuerpo humano y cabeza de animal. Creían que todo lo
que existía estaba regido por ellos, por eso estaban relacionados con cada
situación o elemento de la naturaleza (el agua, el aire o el fuego). La
sociedad egipcia era muy supersticiosa y acostumbraba a protegerse con amuletos
de los malos espíritus. La prosperidad de la comunidad dependía de las
divinidades que propiciaban la crecida del Nilo, controlaba sus aguas y
permitía las cosechas. El río tenía su propio dios, Hapi. Además, muchos
animales fundamentales para ellos estaban también divinizados como el cocodrilo
(anunciaba la crecida del Nilo), el ibis (un ave que eliminaba las serpientes)
o el chacal (que eliminaba la carroña del río).
Los Egipcios creían en la vida
después de la muerte y en la inmortalidad del alma (ka). Para
conseguirla, el cuerpo debía permanecer incorrupto para así contener el espíritu
que le conduciría a la vida eterna. El cuerpo, por tanto, era momificado. Y después del entierro su alma debía pasar
por el juicio de Osiris para poder llegar al más allá.
2.6. Arte.
El arte egipcio estaba profundamente influido por
la religión, la vida después de la muerte y por la exaltación del poder
absoluto de los faraones. Por este motivo, las manifestaciones
artísticas más impresionantes del arte egipcio son las pirámides.
La arquitectura egipcia en general se caracterizó por el
colosalismo: uso de grandes bloques de piedra, donde se distinguían el
arquitrabe y las líneas verticales, horizontales y diagonales. La columna era
el elemento de soporte más importante. Estas colosales construcciones, que estaban destinadas a
albergar la momia del faraón para su reposo eterno, se construían con grandes
bloques de piedra que se ajustaban en forma piramidal.
Las principales construcciones egipcias fueron
los monumentos
funerarios, caracterizados por su monumentalismo. Los más notorios fueron:
- La
mastaba: consistía en un tronco de pirámide que contenía una capilla para
depositar ofrendas, al fondo de la cual se abría una habitación en la que se
encontraba la estatua del difunto. El sarcófago se ubicaba en un pozo excavado
debajo de la estructura.
- La
pirámide escalonada: resultado de la superposición de mastabas. Se
convirtió en el símbolo del poder del faraón en el más allá.
- La
pirámide: pirámide de base cuadrada. Construidas con grandes bloques de
piedra, en su interior había galerías y cámaras funerarias. También contaban
con trampas destinadas a proteger el tesoro del faraón.
Un buen ejemplos son las de Keops, Kefrén y
Micerinos.
- El
hipogeo: tumba excavada en la roca con un interior tan laberíntico como el
de las pirámides. Se construyeron a partir del Imperio Nuevo. No confundir con
el Speos,
que fueron templos excavados en la roca.
La arquitectura egipcia en general se caracterizó por el
colosalismo: uso de grandes bloques de piedra, donde se distinguían el
arquitrabe y las líneas verticales, horizontales y diagonales. La columna era
el elemento de soporte más importante. Estas colosales construcciones, que estaban destinadas a
albergar la momia del faraón para su reposo eterno, se construían con grandes
bloques de piedra que se ajustaban en forma piramidal.
Evolución de las tumbas egipcias. La preocupación por el más
allá llevó a los egipcios a construir en vida colosales construcciones para
proteger la momia del faraón y sus tesoros. Fueron evolucionando a lo largo de
la historia de Egipto. Se construyeron más de 70 pirámides entre el Imperio
Antiguo y Medio. En el corazón de las mismas se guardaba la tumba del faraón
rodeado de numerosos objetos para su viaje hacia el más allá. Las pirámides se
construyeron en medio de grandes conjuntos de templos desaparecidos hoy día.
Junto a las tumbas, también se construyeron
importantes templos, en cuyo interior un patio permitía el acceso
a las salas hipóstilas y, en el lugar más profundo, se
encontraba el altar al dios al que se dedicaba el templo.
A medida que avanzan las investigaciones, estas
civilizaciones se van conociendo un poco mejor. Pero la situación política
actual de estos lugares hace difícil su investigación y conservación. Aún
quedan emplazamientos inmensos sin explorar, enigmas sin resolver y muchas
preguntas por responder. Pero las excavaciones
arqueológicas son operaciones largas y delicadas y el rescate de
algunos emplazamientos exige importantes recursos económicos.
5. Realizar un resumen con dibujos del tema.
6. Resuelve la sopa de letras.